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Marta Hillers

    Questa autrice, giornalista tedesca, è rinomata per le sue memorie crude e dirette che documentano esperienze immediate durante e dopo la Battaglia di Berlino. La sua opera, inizialmente pubblicata in forma anonima, offre uno sguardo senza compromessi sulla sopravvivenza in condizioni estreme e sul tributo psicologico del trauma bellico. Attraverso le annotazioni del diario, si addentra in temi complessi come la sessualità, la resilienza e il compromesso morale di fronte alla violenza e al caos. I suoi scritti forniscono una prospettiva unica e spesso inquietante dal punto di vista di una donna in un mondo distrutto, contribuendo a conversazioni vitali sulla storia e sulla condizione umana.

    Ishah be-Berlin
    Berurin shūsen nikki
    O femeie din Berlin
    Una mujer en Berlín
    Žinka v Berlini
    • Una mujer en Berlín

      • 328pagine
      • 12 ore di lettura

      Quien quiera enterarse de lo que en realidad ocurrió en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial tendrá que preguntárselo a las mujeres. Así lo ve la autora de este libro, que vivió el final de la guerra en Berlín. Sus observaciones aparecieron publicadas por primera vez en 1954, gracias a los esfuerzos del crítico Kurt W. Marek. Además del epílogo que Marek adjuntó a dicha primera edición en inglés, Anagrama recoge una introducción de Hans Magnus Enzensberger donde relata las vicisitudes por las que han pasado estas memorias desde su creación y la razón por la que la autora decidió no revelar su identidad. En este documento único no se ilustra lo singular sino lo que les tocó vivir a millones de mujeres: primero la supervivencia entre los escombros, acuciadas por el hambre, el miedo y el asco, y posteriormente, por la venganza de los vencedores.«Depurado estilo...,su agudeza analítica y su tema rebasan con creces el mero testimonio» (Cecilia Dreymüller, El País).«Una implacable observadora que no se deja llevar por el sentimentalismo o los prejuicios» (Hans Magnus Enzensberger).«Lo sobrecogedor es que no hay en su testimonio la más leve autocompasión ni truculencia» (Robert Saladrigas, La Vanguardia).

      Una mujer en Berlín